Tos ferina (pertusis) en adultos
¿Qué es la tos ferina (pertusis)?
Es una enfermedad respiratoria muy contagiosa. Afecta principalmente a bebés y niños pequeños, pero los adultos también pueden contraerla. La tos ferina provocó miles de muertes durante las décadas de 1930 y 1940. La vacuna contra esta enfermedad redujo drásticamente la tasa de mortalidad. Estas vacunas funcionan muy bien. Pero, si la enfermedad se esparce en una comunidad, es posible que incluso las personas totalmente vacunadas la contraigan. Los bebés que son muy pequeños para recibir la vacuna también tienen un riesgo muy alto de contraer la tos ferina. La enfermedad puede ser muy grave para los niños pequeños, incluso a veces puede ser mortal. Muchos bebes que contraen esta enfermedad se contagiaron de un adulto.
¿Cuáles son las causas de la tos ferina?
La tos ferina es producida por bacterias (Bordetella pertussis). Las bacterias se adhieren a unas extensiones pequeñas y delgadas como el cabello (llamadas cilios) que son parte del sistema respiratorio superior. Esto incluye la nariz, la boca, la garganta y la laringe. Entonces, la bacteria libera toxinas. Estas toxinas dañan los cilios, ocasionan inflamación en las vías respiratorias y dan lugar a ataques de tos que terminan con un sonido de silbido al inhalar el aire.
¿Quién corre riesgo de tener tos ferina?
Las personas de todas las edades pueden tener tos ferina. Pero afecta particularmente a aquellas que no hayan sido vacunadas. Se trata de una enfermedad grave que incluso puede ser mortal, especialmente para los bebés. Cinco de cada diez bebés que contraen tos ferina deben ser hospitalizados para recibir tratamiento.
¿Cuáles son los síntomas de la tos ferina?
La enfermedad comienza como un resfriado común. Primero, hay un goteo o congestión nasal, estornudos y, a veces, tos o fiebre leves. A menudo, la tos grave comienza después de una a dos semanas. Los ataques de tos terminan con un sonido de silbido al inhalar el aire. Si nota pausas en su respiración, llame a su proveedor de atención médica o al 911 de inmediato.
Los síntomas de la tos ferina pueden incluir los siguientes:
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Tos violenta y rápida, hasta que todo el aire haya salido de los pulmones y la persona se ve forzada a inhalar. Esto provoca un sonido de silbido.
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Estornudos persistentes
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Líquido que supura de la nariz
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Fiebre
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Lagrimeo e hinchazón en los ojos
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Los labios, la lengua y los lechos ungueales se ponen azules durante los ataques de tos.
La tos ferina puede durar hasta 10 días. Puede causar neumonía y complicaciones derivadas de la tos fuerte, como desmayos, fracturas en las costillas o pérdida temporal del control de la vejiga.
Los síntomas de la tos ferina pueden parecerse a los de otras afecciones. Consulte siempre con su proveedor de atención médica para obtener un diagnóstico.
¿Cómo se diagnostica la tos ferina?
Además de analizar sus antecedentes médicos y realizarle una exploración física, su proveedor de atención médica podría tomar una muestra de fluido de su nariz. Se la enviará a un laboratorio para confirmar el diagnóstico.
¿Cómo se trata la tos ferina?
El tratamiento dependerá de los síntomas, de la edad y del estado general de salud. También, de la gravedad de la afección.
Se recetan antibióticos hasta tres semanas después de que comienzan los síntomas. Pueden disminuir la gravedad de la infección y evitar que se propague a otras personas. Pero una vez que comienzan los ataques de tos, los antibióticos ya no pueden ayudar. Las bacterias ya desaparecieron y los síntomas se deben al daño que se causó previamente. Otros tratamientos pueden incluir los siguientes:
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Mantener el calor
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Comer en menor cantidad y con mayor frecuencia
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Beber suficiente cantidad de líquidos
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Limitar los factores que lo hacen toser
Puede tener que permanecer en el hospital si tiene un caso grave de tos ferina.
¿Se puede prevenir la tos ferina?
Se ha desarrollado una vacuna contra esta enfermedad. Pero aún siguen apareciendo casos. Especialmente en los bebés menores de seis meses.
Desde la década de 1980, el número de casos de tos ferina ha aumentado, especialmente en niños y adolescentes y en bebés menores de seis meses. Esto se debe a que menos niños se están vacunando en algunas comunidades. Además, la vacuna actual no dura tanto como las versiones anteriores. Esto significa que más adultos están ahora en riesgo de contraer tos ferina después de que haya desaparecido el efecto de la vacuna.
Las personas adultas que no recibieron un refuerzo de la vacuna contra el tétanos, la difteria y la tos ferina durante la preadolescencia deberían recibirlo. Todos los adultos deberían recibir un refuerzo de la vacuna contra el tétanos y la difteria cada 10 años. Pero se lo puede aplicar antes de este período de tiempo. Pídale siempre recomendaciones a su proveedor de atención médica.
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) recomienda que las mujeres embarazadas se vacunen contra la tos ferina entre las semanas 27 y 36 de cada embarazo. De esta forma, los anticuerpos se pueden transferir al bebé antes del nacimiento. Pídale siempre recomendaciones a su proveedor de atención médica.
Información importante sobre la tos ferina en adultos
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Es una enfermedad respiratoria muy contagiosa. Afecta principalmente a bebés y niños pequeños, pero los adultos también pueden contraerla.
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Comienza como un resfriado común, con un goteo o congestión nasal, estornudos y, a veces, tos o fiebre leves. Después, a menudo, comienza la tos fuerte. Los ataques de tos terminan con un sonido de silbido al inhalar el aire.
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La tos ferina puede durar hasta 10 días. Este cuadro puede derivar en neumonía y otras complicaciones.
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Las personas de todas las edades pueden tener tos ferina. Pero afecta particularmente a aquellas que no hayan sido vacunadas.
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Si no recibió un refuerzo de la vacuna contra el tétanos, la difteria y la tos ferina durante la preadolescencia, debería recibirlo.
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Todos los adultos deberían recibir un refuerzo de la vacuna contra el tétanos y la difteria cada 10 años.
Próximos pasos
Consejos para ayudarlo a aprovechar al máximo la visita con su proveedor de atención médica:
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Tenga en claro la razón de la visita médica y qué quiere que suceda.
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Antes de la visita, anote las preguntas que quiere hacer.
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Lleve a un acompañante para que lo ayude a formular las preguntas y a recordar qué le dice su proveedor.
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En la visita, anote el nombre de los nuevos diagnósticos y de todo nuevo medicamento, tratamiento o prueba. También anote las instrucciones que el proveedor le indique.
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Sepa por qué se receta un tratamiento o un medicamento, y cómo lo ayudará. Conozca los efectos secundarios.
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Pregunte si su afección se puede tratar de otra forma.
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Sepa por qué se recomienda una prueba o un procedimiento y qué podrían significar los resultados.
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Sepa qué esperar si no toma el medicamento o no se realiza la prueba o el procedimiento.
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Si tiene una visita de control, anote la fecha, la hora y el objetivo de esta.
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Sepa cómo comunicarse con su proveedor si tiene preguntas.